miércoles, 16 de enero de 2013

AÑO NUEVO Y PRIMERO DE AÑO... NUEVO

Desde que vivo en la Kisuksa mis rutinas han cambiado. Por ejemplo, ceno a las 6 de la tarde porque esos son los horarios del comedor. Comparto habitación con Liu Ming y todo lo hacemos en grupo porque Zoe e Iwona viven también juntas. Otro cambio es que he retomado el gimnasio así que me voy todos las mañanas antes de clase a las 7 am a transpirar con los muchachos madrugadores.
Lo interesante del gimnasio de la Universidad es que solo hay que llevar las zapatillas porque allí te dan short, remera y toalla así que no hay que preocuparse por lavar la ropa, lo que es muy cómodo para mi considerando que no traje mucha ropa a Corea.
¿Qué más ha pasado en estos días?
Empecemos por el principio:
El festejo de año nuevo fue muy tranquilo y distinto. Yo tenía ganas de salir y ver cómo se festeja en Busan blabla pero mis compañeras estaban vagonetas, el clima estaba helado y los dos sitios donde habían festejos quedaban lejos lejísimos y el metro funcionaba como cada día, hasta las 23.30 así que nos quedamos en la kisuksa comiendo porquerías, tomando cerveza, haciéndonos manicura y viendo videos. Divertido. Ah!! comimos torta, por supuesto!! la verdad es que no se festeja ni navidad ni año nuevo, sino que se festeja el año nuevo chino que es en febrero. Para que se den una idea mi compañera de habitación es de China y el 31 de Diciembre a las 22 horas estaba durmiendo. Chim Pum.



Nota: Iwona ama a calefacción en el piso y de pronto! (le decimos 갑자기 - kabyagui- que significa: de repente porque hace cosas así, repentinamente) se revuelca en el piso llena de tibia felicidad:




Como la noche iba a ser tranquila decidí que el 1 de Enero haría algo especial y madrugadoril. Las chicas no querían así que le dije a Diana que fuéramos a Haedong Yonggungsa, un templo budista hermosísimo que está al lado del mar. El primer día del año la tradición es ir y agradecer por el año que se fue y pedir por el que viene.
En la entrada del templo lo primero que hay son imágenes de los doce animales del horóscopo chino y la costumbre es pedirle algo y dejarle una moneda.
En los templos hay varios budas (digamos). Según qué quieras pedir vas a uno u otro. El más importante es un gordo dorado enooooome que me impresionó mucho. Es rechoncho y sonriente y transmite una abundancia que no queda otra que pedirle deseos. Le llaman el Papá Noel Buda. Después está la buda a la que se encarga de cumplirle los deseos a los que vuelven a verla, los cerdos de la abundancia, el buda para pedirle un hijo varón (en fin...) las estatuas de los logros académicos, etc. Y para llegar al templo hay que bajar la escalera de los 108 pasos de la longevidad. Dentro está el templo principal que estaba llenísimo de personas orando y cantando la canción que se escuchaba por altoparlantes y pequeños templitos donde la gente les deja arroz, pasteles de arroz, soju (bebida alcohólica coreana) y alguna otra cosa al buda, que es en realidad una especie de ofrenda para los monjes también.
Había mucha gente y era una sensación de profunda espiritualidad, no solo por el sitio y el día sino por el entorno. Hermosa experiencia, poderosa y muy movilizadora.












Curiosidades: camino al templo, una pareja venía en el mismo autobus que nosotros. La chica dormía sentada y el chico dormía parado. El detalle es que el chico le sostenía la cabeza para que ella no se la golpeara contra el vidrio. Otra de las cosas que se ven en l calle es el hombre llevando cartera de mujer, no porque sea la moda sino porque la mujer no lleva nunca ningún peso. El hombre se encarga de todo. ( ^_^ )



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